viernes, 5 de noviembre de 2010
Seru Giran
Charly García: teclados y voz
David Lebón: guitarra y voz
Oscar Moro: batería
Pedro Aznar: bajo
Apodados "los Beatles criollos", Seru Giran tiene como mayor virtud haber dado el paso fundamental para que el rock pasara a ser masivo. Si bien no es la primera "super-banda", es la primera que logra llegar tanto a las clases bajas como a la media-alta, "a los rockeros y a los chetos", para utilizar el léxico de la época. Con records de ventas y espectadores en sus shows, este grupo consiguó también fusionar varios estilos musicales, para alcanzar un sonido muy particular, característico de esta transición entre décadas.
La popularidad de este grupo también se ve reflejada en las - ahora tradicionales - encuestas de la revista Pelo. Serú Girán ganó las categorías de Mejor Guitarrista, Mejor Tecladista, Mejor Bajista, Mejor Baterista, Mejor Compositor (García) y Mejor Grupo en Vivo en los años 1978, '79, '80 y '81. A esto se le agrega Grupo Revelación 1978; Mejor Cantante (Lebón) '80 y '81; Mejor Tema '78 ("Seminare") y '81 ("Peperina") y Mejor Album 1978 ("Serú Girán"). Este fenómeno se mantiene inigualado hasta nuestros días.
Tras las peleas en La Máquina de Hacer Pájaros, Charly García tomó la determinación de dejar la banda y viajar a Brasil con David Lebón, su amigo desde la época de Sui Generis. Con la plata recaudada en el Festival del Amor (Luna Park, 11/11/1977) alquilaron una casa por tres meses en Buzios, al norte de Río de Janeiro. Por no tener dinero suficiente para pagar el impuesto, todos los equipos que llevaban quedaron decomisados en la aduana.
A los dos meses Charly regresa a Buenos Aires para arreglar contrato con Oscar Lopez y Billy Bond. Una noche, en un pub donde se presentaba Pastoral, Charly quedó fascinado con la habilidad de Aznar en el bajo. Esperó a que terminara el show y fue a buscarlo a los camarines. No fue necesaria mucha charla para que Pedro aceptara viajar con él a Brasil e incorporarse al grupo en gestación. «...Cuando lo ví a Pero pelar el bajo, se me cayó la mandíbula hasta la rodilla. Pensé: este pibe es muy bueno, es casi mejor que yo», recuerda en tono de broma David. (Clarín, 03/05/1992).
Con la plata que había recibido como anticipo del contrato, costeó los pasajes a San Pablo de ellos y el de Oscar Moro, a quien ya había apalabrado para viajar. Allá se reunirían con David Lebón. «Esa misma noche tocamos por primera vez juntos y decidimos armar Serú Girán» (Charly García).
Pese a los problemas económicos, esta fue una etapa muy creativa y fructífera: compusieron más de quince temas, de los cuales se seleccionaron los mejores para la edición del primer disco.
Las sesiones de grabación comenzaron en los estudios El Dorado de San Pablo, y culminaron en ABC Recording Studios de Los Angeles, Estados Unidos.
Para "Serú Girán" (1978) contaron con la colaboración de Daniel Goldberg, quien tenía a su cargo los arreglos musicales y la dirección de la orquesta de 24 músicos que participó en algunos temas como "Eiti-Leda" o "Serú Girán". La complejidad armónica de este proyecto demuestra que, desde el comienzo, las ambiciones que tenían apuntaban mucho más alto que la del resto de los músicos nacionales de ese momento.
El resultado final del disco los entusiasmó mucho: sonaba como una fusión de jazz-rock con música brasilera. Pedro recuerda: «...cuando apareció ese álbum, la prensa le dio una importancia infernal, se creó todo una caso... había un inmovilismo total». La revista Pelo, una de las publicaciones especializadas de la época, decía: «"Serú Girán" es un álbum compacto, extremadamente pulido en su producción, a pesar de lo cual suena menos armado que La Máquina de Hacer Pájaros. (...) Serú Girán debuta con un buen álbum. Una música que trasluce los nuevos horizontes de García y sus nuevos compañeros de ruta.» (Pelo Nº104).
El primer show en vivo de Serú Girán tuvo lugar en el Riachuelo, a bordo de un barco anclado. Este recital - al cual sólo asistieron periodistas, músicos y amigos - tenía la finalidad de observar la respuesta de la crítica especializada. Esa noche el grupo se mostró sólido y contundente, lo que parecía, abriría las puertas del público masivo rápidamente.
El debut en vivo de la banda ante el público porteño ocurrió dos semanas después, el 28 de julio de 1978, en el estadio Luna Park, con orquesta (sección de cuerdas y vientos) y circuito cerrado de televisión. En al parte trasera del escenario, una pantalla gigante mostraba a los músicos dirigiéndose a escena. David, Pedro y Oscar salieron vestidos totalmente de blanco, mientras que Charly eligió una malla negra, saco y zapatillas. El comienzo del recital, con la orquesta a pleno interpretando la poderosa introducción del tema "Serú Girán", presagiaba una noche inolvidable. No fue así. Cuando tocaron el tema "Disco Shock"- una sátira de la música disco, tan en boga en el momento - la gente presente creyó que era en serio y, tras un coro de silbidos, empezaron a pedirle a García el "Blues del Levante", el tema que había compuesto con motivo de la despedida de Sui Generis. El público quedó desconcertado y el resto del recital transcurrió ante la indiferencia general. La gente no había entendido el mensaje, o Serú no había sabido expresarlo.
Las críticas de los medios contra la banda arreciaron. El diario La Opinión, por ejemplo, publicó que eran lo peor que había en la Argentina, y sostenía que tenían «voces homosexuales». Estas declaraciones eran la culminación de una "campaña de desprestigio" que había tenido lugar contra García, mientras el grupo estaba ensayando en Brasil. La vanguardia de esa campaña había sido el titular: «Charly García, ¿ídolo o qué?».
Para el segundo trabajo discográfico, "La Grasa de las Capitales" (1979), Serú eligió una propuesta mucho más directa. Eliminaron la orquesta, que no había sido totalmente aceptada por el público, y compusieron temas más simples y directos.
La crítica de la revista Pelo a este disco fue bastante positiva: «"La Grasa..." es un disco que va a tener admiradores y detractores igualmente incondicionales. Por un lado, estarán los que darán la bienvenida a un García que abandonó la complejidad y retorna a la temática de crítica social que tan bien desarrolló anteriormente. Y por el otro, habrá quienes condenen esta simplicidad como falta de progreso. Pese a todo, es uno de los trabajos más logrados del año.» (Pelo No 122).
Los rumores de separación quedaron desacreditados con la presentación del long-play, a lo largo de seis funciones en el Auditorio Buenos Aires, previa gira por las ciudades de Córdoba, San Luis y Mendoza. Tras la experiencia frustrante del comienzo, prefirieron no exponerse demasiado y escogieron un lugar pequeño.
El show comenzó en la oscuridad total, mientras se escuchaba el playback del coro de introducción al tema "La Grasa...". Acto seguido, se encendieron todas las luces y la banda irrumpió en el escenario. "Viernes 3 AM", "Perro andaluz" y "Los sobrevivientes" fueron los temas más festejados por el público. También hubo lugar para la nostalgia:
"Seminare" y "Eiti-Leda" obtuvieron el reconocimiento de la gente, durante los bises. A fuerza de recitales y tenacidad, Serú logró revertir las opiniones de la crítica y del público. Allí comenzó a gestarse el fenómeno masivo que aún hoy persiste.
El siguiente álbum de Serú Girán se llamaría "Bicicleta" (1980). Años más tarde se recordaría el tercer disco de Serú Girán como lo mejor de la agrupación, llegándoselo incluso a comparar con "Abbey Road", el transformador duodécimo LP de los Beatles. Sin embargo, en ese entonces, los medios «especializados» no le atribuyeron al material tanta importancia. Por ejemplo, Pelo comentaba: «...el tercer álbum de Serú Girán probablemente recorrerá el camino del éxito que tuvieron los anteriores, pero es difícil que "Bicicleta" representa plenamente el poderío de esta banda. (...) Serú Girán llegó al máximo de sus posibilidades sobre un escenario, pero todavía le falta andar mucho camino en los estudios». (Pelo No 139).
El disco "Bicicleta" - nombre que en un principio Charly había propuesto para el grupo, pero fue rechazado por el resto - fue presentado en Obras, el 6 y 7 de junio de 1980. En el escenario se podían observar ruedas de bicicleta, conejos y flores, algo que llamó la atención del público y de la prensa, por ser el primer grupo que tenía algún tipo de preocupación por la puesta en escena. El hecho se debió a que Serú Girán había delegado la responsabilidad escenográfica a Renata Schussheim, una vieja amiga de Charly. A partir de "Bicicleta", Serú Girán comenzó con sus grandes shows.
Un mes después, en agosto de 1980, se presentaron en el Monterrey Jazz Festival, en Río de Janeiro. Tradicionalmente, los representantes argentinos en este festival estaban más vinculados al jazz o al tango que al rock progresivo que proponía Serú. Ese año el concierto se dividió en dos partes. En la primera, se presentaban Serú, el guitarrista Pat Metheny y George Duke. El éxito obtenido por los argentinos en esa función fue tal, que los organizadores les ofrecieron volver a tocar en la segunda - la principal - junto a John McLaughlin, Hermeto Pascoal, Edgberto Gismonti y Weather Report. «Cuando tocaba McLaughlin, la gente patinaba y le tiraba avioncitos de papel. ¡Yo me quería morir! Si a McLaughlin le hacían eso, a nosotros nos achuraban», recuerda García. Sin embargo, esta predicción resultó completamente errónea. La principal razón de la respuesta favorable del público residió en la variedad de matices en los temas interpretados por ellos y, asimismo, algunos de éstos tenían una cadencia marcada que invitaba al baile.
Este festival marcó dos hechos muy importantes para la vida del grupo. Por un lado, se hicieron conocer y dejaron una muy buena impresión entre los cariocas, hecho destacado incluso por la prensa argentina (Clarín, 28/08/80). Por el otro, allí fue donde Pat Metheny conoció a Pedro Aznar: el comienzo del fin.
Antes de terminar el año, otros dos hitos en la Historia del Rock Nacional tendrían como protagonistas al grupo. El primero, fueron los dos recitales (12 y 13 de setiembre) en los que tocaron junto a Spinetta Jade. Es un hecho histórico que dos grupos de semejante magnitud estuvieran simultáneamente en el escenario.
Cuando apareció Luis Alberto Spinetta y arrancó con el tema de Sui Generis "Cuando ya me empiece a quedar solo", la gente entendió que no se encontraba ante un recital común. Luego, de la oscuridad, surgió Charly con el tema "Que ves el cielo". Bajo un clima enfervorizado, Lebón interpretó "Música del alma" y luego entraron todos los demás: Aznar y Moro, por un lado, Spinetta, Pomo, Satragni y Rapoport y Del Barrio por el otro. Juntos tocaron temas de la agrupación comandada por el Flaco, y la gente aplaudió a rabiar. El recital se cerró con los dos grupos sobre el escenario interpretando "El mendigo en el andén" y "Crisálida".
La actuación de Spinetta Jade fue muy aplaudida, pese a su difícil estilo. Fue notorio el esfuerzo de Spinetta por lograr mayor simpleza en su música, para que el público de Obras pudiera entender su mensaje. Serú Girán, en cambio, fue ovacionado desde el comienzo, dejando en evidencia el increíble «feeling» que tenía con la gente.
El otro hito importante tuvo lugar en la Rural. El 30 de diciembre, 60.000 personas, según cifras de la Policía Federal, se congregaron para escuchar a la banda número uno: «... el picadero de la Rural estaba abarrotado. Una compacta cola (...) llegaba hasta la estación Pacífico. Aunque la Policía no encontraba clave alguna en la letra de "Alicia en el País", repetida hasta el cansancio, igualmente retuvo a un puñado de muchachos. Los productores negociaron y finalmente ese 30 de diciembre no hubo detenidos» (Ramos / Lejbowicz, pág.23). García comentaba: «...con este asunto de ir a los recitales y que te lleve la cana, la gente al final se da cuenta de que lo único que te pasa es que vas a dormir en una comisaría, pero que nadie puede para toda la onda». (Humor, año 1981).
En 1981 el presidente de facto Roberto Viola buscó acercarse a los músicos. Inteligentemente, utilizó la fuerte ascendencia de éstos sobre la juventud, para mostrar al país su «aflicción» por los problemas que sufrían los jóvenes. Los rockeros no salían de su asombro. Spinetta recuerda una anécdota al respecto: «Yo les batí un par de cosas y también les sugerí que construyeran el observatorio más grande del mundo... un delirio, pero qué les iba a decir?» (Berti, pág.60). En el tema "Encuentro con el diablo", David Lebón ironizaba sobre esta reunión: «nunca pensé encontrarme con el jefe / en su oficina de tan buen humor / pidiéndome que diga lo que pienso / qué es los que pienso yo de esta situación.»
"Peperina" (1981), el cuarto disco de Serú Girán, que se había empezado a grabar en abril, fue lanzado para fines de ese año. La historia de Peperina es conocida: «Quiero contarles una buena historia / la de una chica que vivió la euforia / de ser parte del rock / tomando té de peperina». El tema trata acerca de una señorita que escribía notas de rock en Córdoba. Siempre que Serú tocaba en esa ciudad, ella calificaba la presentación uno «un bochorno». De más está decir que, pese a sus defenestrantes críticas, los estadios se llenaban. Se dice que cuando escuchó «su» tema por primera vez, acotó que Serú Girán seguía sin gustarle, pero que García era "un buen sociólogo" (?).
Con respecto al disco, Charly sostiene que es un adelanto notable en cuanto a la calidad de grabación. Sin embargo, la revista Pelo no se mostró muy conforme con este trabajo: «Peperina no impresiona como un álbum compacto. En él hay canciones que nítidamente se diferencian de nivel, literaria y musicalmente. (...) Tienen marcas familiares de toda la música de Serú: canciones melancólicas, melodías agradables sobresaltadas por algún riff ardiente y las mismas falencias de producción que el grupo arrastra desde su primer trabajo discográfico (...) El disco no decepcionará a los seguidores, pero no tiene la homogeneidad de "La Grasa..." y plantea el interrogante sobre el futuro (...) Llegó el momento difícil: están en la cima y lo que hagan puede hacerlos afirmar o tambalearse». (Pelo Nº154).
Por el contrario, Gloria Guerrero, en el número 63 de Humor, comentaba: «El álbum, por lo poco que pude escuchar de él en un cassettito, la gasta, y tal cosa no me sorprende». En el número siguiente, completa: «...probablemente, "Peperina" no representa un 'enorme' paso al frente luego de su trabajo anterior. Parece, a fuerza de ser sinceros, algo así como un "álbum complementario" de "Bicicleta", aunque más suelto y espontáneo».
Los días 4, 5 y 6 de setiembre el disco fue presentado en el estadio Obras. En honor al Sgt. Pepper's de Los Beatles, Serú Girán salió a escena con un show simple. Esta sencillez permitió que la conjunción música-imagen se diera sin altibajos. En principio, cuando Charly y David compusieron los temas de este disco, García pensó que se trataba más de una película que de un long-play. Por eso se le ocurrió la idea de poner en el recital una pantalla gigante, proyectar videos grabados especialmente y que el grupo tocara en penumbras, acompañando a esas imágenes. Lo que impidió la concreción de esta idea fue el techo demasiado bajo del estadio: la pantalla taparía gran parte del escenario y ellos quedarían ocultos casi completamente. Finalmente, la idea fue descartada.
Para despedir el año, tocaron el 25, 26 y 27 de diciembre en el teatro Coliseo, en la Capital Federal. Para esos shows, Charly contrató a las Bay Biscuits, un grupo de teatro-rock integrado por Vivi Tellas, Mayco Castro Volpe, Lisa Wakoluk, Diana Nylon y Fabiana Cantilo (ésta última sería luego corista estable de la banda de Charly). El número iba intercalado en el concierto y fueron recibidas con chiflidos e insultos de todo tipo.
En enero del '81 Aznar es convocado por el guitarrista norteamericano Pat Metheny para incorporarse a su banda. Acordaron encontrarse en Estados Unidos, ya que Pedro viajaría al año siguiente para estudiar en la Universidad de Berklee. Este hecho marcaría el final de la banda.
Las críticas de los discos anteriores coincidían en una cosa: a Serú, en estudios, le faltaba la fuerza y la energía que tenía en vivo. Fue necesario esperar hasta el final mismo de esta agrupación (al menos en ese momento la disolución era definitiva) para conseguir el registro de ese material.
«Cuando Pedro me comentó que se iba, me sentí muy mal - rememora Charly - porque habíamos logrado un grupo que sonaba muy bien (...) Habíamos conseguido mucha comunicación con la gente (...) Además, se nos estaban abriendo las puertas de Europa y sin él no lo vamos a poder aprovechar. Por otro lado, Pedro es un músico que está muy por sobre el nivel de lo que es la Argentina ahora (1982) y era lindo tocar con un tipo así. Pero también me sentí muy bien porque Pedro tiene otras perspectivas de vida y otros gustos musicales. El quiere realizarse como persona, y me parece bárbaro». (Pelo Nº160).
Cuando Aznar le anunció al grupo que se iba, todos decidieron tomarse un tiempo para reflexionar. Fue así que Charly viajó a Brasil para trabajar en su primer disco solista; David se tomó unas vacaciones en Punta del Este y Oscar se quedó en Buenos Aires. Al mes siguiente (febrero de 1982), los cuatro músicos se reunieron para realizar una gira por la Costa Atlántica: San Bernardo, Villa Gessell, Necochea, Pinamar, Miramar, Santa Teresita y, obviamente, Mar del Plata fueron los sitios elegidos por la banda. El día final de la agrupación estaba cada vez más cerca.
Pero la historia del grupo merecía un broche de oro: era necesario un Adiós Serú Girán. Debía ser un concierto espectacular y se organizó para los días 6 y 7 de marzo en Obras Sanitarias, la Catedral del Rock. En esa oportunidad, el grupo «...sonó como nunca y la labor de los músicos en el escenario no escatimó fervor, a pesar de estar grabando en vivo. Charly, David, Pedro y Oscar ofrecieron un espectáculo sólido, vibrante y emotivo, y en el cual se evidenció un soplo más rockero en el estilo del grupo. Pedro Aznar fue despedido con una ovación porque, a pesar de que sus gustos musicales distaban de los del resto del grupo y del público en general, le dio a Serú (...) un sonido muy particular y distintivo». (Leyendas Nº7).
"No llores por mí, Argentina" (1982) terminó siendo una recopilación en vivo de los éxitos más importantes de la banda, con la excepción del tema homónimo y "Popotitos", un cover del clásico tema.
Al respecto, Gloria Guerrero comenta: «...había tres razones (para esperar este LP). La primera, conservar el último testimonio del trabajo de Pedro Aznar. La segunda, asistir, por fin, al sonido de Serú Girán en vivo. La tercera, tener a mano los temas nuevos: "No llores por mí" y "Pena en mi corazón" (...) Como última obra de Serú Girán-cuarteto, tiene todo el valor histórico y todo el valor que le confiere la indiscutida calidad del grupo». (Humor Nº84).
"No llores..." es un tema fuerte, que marca una especie de resumen de época, una suerte de balance - no olvidemos que fue compuesto en 1982, en los albores de la Guerra de Malvinas, la caída de la Junta Militar y el posterior advenimiento de la Democracia - en un tono de protesta y reproche a la vez, un estilo que tanto rédito le daría a García en los años posteriores.
Si bien en un primer momento se barajó la posibilidad de continuar como trío (pasando Lebón a la doble función de guitarrista y bajista) y, en todo caso, buscar algún reemplazo para las presentaciones en vivo, la falta de motivación fue evidente y el proyecto quedó descartado. Lebón trabajaba en su proyecto solista "El tiempo es veloz" y García ya estaba embarcado en su álbum doble "Yendo de la cama al living / Pubis angelical".
El 16 de mayo de 1982, Serú participa del Festival de la Solidaridad Americana, organizado ante 60.000 personas en el campo de hockey de Obras, para recolectar elementos para los chicos argentinos que sufrían en Malvinas y agradecer a los países que habían prestado su apoyo y se habían solidarizado con Argentina. Transmitidos en directo por radio y televisión, se presentaron los músicos más importantes del momento: lo que quedaba del ya disuelto Serú Girán, León Gieco, Spinetta Jade, Raúl Porchetto, Nito Mestre, y muchos más.
Desde mediados de 1991 se comenzó a manejar la posibilidad del retorno de Serú. «Se trata de superar un recuerdo. - reflexionaba García por aquella época - Hace mucho que estamos trabajando para no perder la grandeza, para que el tipo que alguna vez vio a Serú Girán lo vuelva a ver y no se decepcione y para que los chicos que no lo vieron tengan un flash». Exactamente eso fue lo que ocurrió. "Serú '92" es, sin dudas, el más flojo de todos los discos de la banda. Mucho más pop, por momentos peca de "light", falto del compromiso característico.
Sin embargo fue un éxito comercial, con ventas que superaron las 200.000 copias y multitudinarios shows en Rosario, Córdoba y dos en la Capital Federal, éstos últimos ante más de 160.000 personas, los cuales fueron editados en dos nuevos LPs. Si bien los Serú no querían convertir su retorno en un negocio - y menos para otros - ésto no quedó totalmente al margen de sus planes. «Terminemos de una buena vez con la división entre el espíritu y la materia. Es todo lo mismo: sentimos un inmenso placer por tocar y eso tiene un precio que mucha gente no dudará en pagar. Una cosa no excluye la otra» (Pedro Aznar a Clarín, 03/05/92). "¿Si era por plata? Claro que era por plata... entre otras cosas. No vamos a tocar en River por nada. Obviamente que te tenés que defender y una vez que estás ahí arriba, algo tenés que hacer. Y creo que la hicimos bastante bien. La plata es un elemento más, si no la tenés, no podés hacer el show". (García a Clarín, 21/01/93).
También quedaba flotando la incógnita sobre si el regreso sería para esos shows o si se proseguiría con el proyecto interrumpido abruptamente en 1982. Previo a salir al ruedo, nadie se atrevió a confirmar ninguna de las dos posibilidades, quizás porque ni ellos mismos lo supieran. Durante los bises del segundo y último show de la banda en Buenos Aires, estalló esa pelea latente que reinaba desde tanto tiempo atrás entre García, de fuerte personalidad y líder natural del grupo, y David Lebón, harto de las ansias de protagonismo de aquél. Fue necesaria la mediación de Pedro Aznar para que el guitarrista subiera nuevamente al escenario y así, todos juntos, se despidieran definitivamente de las presentaciones en vivo.
En síntesis, terminó siendo un momento en el cual todos (los de adentro y los de afuera) hicieron de cuenta que el tiempo no había transcurrido. De esa forma, y sólo de esa forma, el retorno de Serú Girán fue positivo. El estallido de los fuegos artificiales que cerraron el show terminó por despertar esa melancólica suposición, para enterrar definitivamente a la banda.
En 1995 se editó una recopilación, "Oro", aprovechando el lanzamiento de la película "Peperina", dirigida por Raúl de la Torre y protagonizada por Andrea del Boca en el papel de Patricia Perea (la verdadera Peperina). Este film contiene secuencias documentales del retorno de 1992.
Oscar Moro falleció en julio de 2006, víctima de una hemorragia estomacal.
Discografía
Serú Girán (1978)
La grasa de las capitales (1979)
Bicicleta (1980)
Peperina (1981)
No llores por mí, Argentina (1982)
Serú '92 (1992)
En vivo (1993)
Oro (1995)
El álbum (1996)
Yo no quiero volverme tan loco (2000)
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